"...Hay veces, que mi ser se cubre de oscuridad, y desearía escapar, muy lejos, a donde nadie me encuentre, y mi alma, pese al dolor, alcanza a guiar, si acaso, a mi mano izquierda..."

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martes, 4 de marzo de 2014

El Cometa de Tunguska, Meteoritos, y Otros Impactos.

“El universo no fue hecho a medida del hombre; tampoco le es hostil: Es indiferente”.
Carl Sagan.

A las 7:17 del día 30 de junio de 1908, un cuerpo celeste estalló sobre las proximidades del río Podkamennaya en Tunguska, Siberia.

Entre varias teorías, la más aceptada es que se trató de un cometa formado por hielo, que se vaporizó sin dejar residuos, estallando en las capas bajas de la atmósfera.


El cuerpo medía unos 80 metros de diámetro (menos que la longitud un campo de fútbol), se calcula que entró en la atmósfera a una velocidad de 6.5 kilómetros por segundo, 13 veces más rápido que una bala de AK-47, 5 veces más rápido que una descarga de artillería antiaérea, y 1.2 veces más rápido que el avión más veloz en el borde de la atmósfera. La fuerza de la explosión derribó e incendió árboles en un área de 2.15 kilómetros cuadrados (más o menos la superficie combinada de Los Ángeles y la Ciudad de México, incluyendo suburbios), durante varios días, las noches eran tan brillantes en partes de Rusia y Europa que se podía leer tras la puesta de sol sin necesidad de luz artificial. 



La clave serían las nubes polares mesosféricas, formaciones nubosas que en ocasiones aparecen en las capas altas de la atmósfera y que, debido a su composición (en gran parte partículas de hielo), pueden verse brillar durante la noche. La enorme cantidad de vapor de agua liberado en la atmósfera por el núcleo helado del cometa sería la causa principal de la formación de las "nubes nocturnas" que pudieron verse, apenas un día después del impacto, a una distancia de varios miles de kilómetros.

La energía liberada se ha establecido entre 10 y 15 megatones, se tiene el recuento que las tiendas de los tunguses ubicadas a más de 50 km de distancia volaron por los aires, barqueros precipitados al agua, y caballos y carruajes derribados por la onda de choque a más de 500 kilómetros, la explosión pudo ser registrada incluso en Gran Bretaña. Si el estallido se hubiera producido en una zona más densamente poblada, las víctimas se habrían contado por decenas de miles.

Comparativamente, las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki tenían una potencia de unos 20 Kilotones (0.02 Megatones). Fue hasta el año de 1954 que una bomba creada por el hombre (“Castle Bravo” en el atolón de Bikini) logró replicar la potencia del impacto de Tunguska.


El 15 de febrero de 2013, un asteroide de aproximadamente 15 metros de ancho ingresó en el área de Cheliábinsk, en los Montes Urales, entrando a la atmósfera terrestre a 54 mil kilómetros por hora (el doble de la velocidad estimada del cometa de Tunguska), la fricción calentó el asteroide hasta producir un brillo equivalente al del sol, dividiéndose en tres fragmentos mayores que estallaron por el calor, liberando una energía de aproximadamente 300 kilotones. La onda de choque rompió los cristales de casas y edificios en las poblaciones aledañas, hiriendo a cerca de un millar de personas.


Hace 65 millones de años, un meteorito de unos 10 kilómetros de diámetro (la altura media a la que vuelan los aviones comerciales y 1.15 kilómetros más alto que el monte Everest), impactó en lo que hoy es Chicxulub Yucatán, México, creando un cráter de 180 kilómetros de diámetro (una superficie mayor a la isla de Cerdeña), liberando una potencia de 100 teratones de TNT (100 millones de megatones), o dos millones de veces más potente que la Bomba del Zar, la bomba termonuclear más poderosa detonada por el hombre. Las ondas de choque del impacto, los megatsunamis, las miles de toneladas de material incandescente arrojadas a la atmósfera, y el invierno nuclear subsecuente, causaron la extinción del 75% de las especies, incluyendo plantas, insectos y vertebrados, especialmente dinosaurios y otros reptiles gigantes.



La próxima vez que miren al cielo, háganlo con un poco más de respeto.




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